Ubicar las tomas de aire exterior
de modo que se impida la reentrada de los aerosoles producidos
en las torres de refrigeración.
Es conveniente mantener
el edificio a ligera presión positiva para minimizar la
infiltración del aire por lugares no controlados (puertas,
ventanas, etc.).
Suministrar suficiente
aire fresco de ventilación cumpliendo con los estándares
o recomendaciones técnicas relativas al tema.
Disponer de accesos
adecuados a los diferentes componentes del sistemas para su inspección,
reparación y limpieza.
Colocar filtros
adecuados para el control de la entrada de materia particulada.
Es recomendable: usar prefiltros y filtros que tengan eficacias
de retención superiores al 80%; cambiar los filtros a intervalos
regulares de tiempo y cuando sea necesario instalar filtros tras
los intercambiadores de calor.
Prevenir la acumulación
de agua estancada bajo los sistemas de refrigeración, implantando
un sistema de drenaje continuo.
Reparar de inmediato
cualquier fuga de agua tanto dentro del sistema de ventilación/climatización
como en el resto del edificio.
Seleccionar humidificadores
que utilicen vapor de agua como fuente de humedad en lugar de
los que utilizan agua reciclada. Dentro de los humidificadores
de vapor son preferibles los de vapor seco.
Mantener la humedad
relativa del aire por debajo del 70% en los espacios ocupados
y en los plenos de baja velocidad de aire.
Establecer programas
de mantenimiento que contemplen la inspección, la limpieza
y la desinfección de los diversos componentes del sistema,
registrando las operaciones que se realicen y su periodicidad,
prestando especial atención a los humidificadores y torres
de refrigeración:
Drenar y limpiar
los humidificadores a intervalos de dos a cuatro meses, realizando
aclarados con desinfectantes suaves. Es recomendable utilizar
agentes descalcificantes del agua.
Mantener, al menos,
un 10% de agua circulante en los depósitos, para eliminar
el exceso de impurezas y minimizar la acumulación de incrustaciones.
Seleccionar biocidas
y anticorrosivos que sean compatibles entre ellos y con los materiales
de construcción de los diferentes elementos. El tratamiento
continuo del agua con estos productos no es recomendable ya que
pueden incorporarse al flujo de aire y afectar a los ocupantes
del edificio.
Durante las operaciones
de mantenimiento y limpieza del sistema es recomendable utilizar
equipos de protección personal al entrar en espacios confinados,
por ejemplo protectores de las vías respiratorias con filtros
para materia particulada de alta eficacia y ropa de trabajo.
Establecer programas
de control periódico, mediante la realización de
cultivos microbiológicos, en diferentes puntos del sistema
(torres de refrigeración, condensadores por evaporación,
unidades de climatización, humidificadores, etc.).
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