El objetivo enunciado en el artículo
anterior ha de permitir que estas instalaciones tengan la fiabilidad
que se espera de ellas y a estos efectos se respetarán
los siguientes principios y requisitos en los términos
que es-tablecen las instrucciones técnicas complementarias.
1. Bienestar térmico e higiene.
Las instalaciones objeto de este reglamento tienen como fin principal
la ob-tención de un ambiente interior, térmico,
de calidad del aire y de condiciones acústicas, y una dotación
de agua caliente sanitaria que sean aceptables para el ser humano
durante el desarrollo de sus actividades.
2. Seguridad. En relación
con el objetivo de la seguridad de utilización, además
de lo que se prescribe en este reglamento y sus instrucciones
técnicas complementarias al respecto, se deberá
cumplir también con lo establecido en las reglamentaciones
aplicables sobre instalaciones de protección en caso de
incendio, así como en otras reglamentaciones en lo concerniente
a Seguridad relativa a: instalaciones y aparatos a pre-sión,
instalaciones de combustibles, instalaciones eléctricas,
instalaciones y aparatos que utilizan gas como combustible y,
por último, instalaciones frigoríficas.
3. Demanda energética. En
relación con el uso racional de la energía, se deberá
tener en cuenta que el consumo de energía causado por el
funcionamiento de estas instalaciones está condicionado
por un gran número de factores que afectan la demanda energética,
tales como la calidad térmica de la envolvente, la distribución
de los espacios interiores en función de su utilización,
las cargas térmicas interiores, los criterios de diseño
de los subsistemas que componen la instalación tanto en
lo relativo a la producción de los fluidos portadores como
a la zonificación de los espacios, la flexibilidad de funcionamiento,
el control de cada sub-sistema, etc., y finalmente los criterios
de explotación, especialmente el régimen de ocupación
de los espa-cios y el servicio de mantenimiento.
4. Consumo energético. La
eficiencia con esa demanda de energía está satisfecha
y, por lo tanto, el consu-mo de energía de tipo convencional
depende, a su vez, de otra serie de factores, entre los que cabe
citar el rendimiento de todos y cada uno de los equipos que componen
la instalación, la utilización de energías
re-siduales, el aprovechamiento de energías procedentes
de fuentes gratuitas, el empleo de plantas de coge-neración,
el uso de sistemas de enfriamiento evaporativo, directo o indirecto
y, en general el empleo de to-dos aquellos sistemas, aparatos
y dispositivos que permitan la reducción y contabilización
del consumo de energía procedente de fuentes convencionales,
que redunde en un uso más racional de la energía.
5. Mantenimiento. En el contexto
de las consideraciones anteriores, por medio del reglamento se
persigue el diseño de sistemas eficientes y, a través
del mantenimiento, la permanencia en el tiempo del rendimiento
de las instalaciones de todos sus componentes al valor inicial.
6. Protección al medio ambiente.
Por último, un uso racional y eficiente de la energía
consumida por las ins-talaciones a lo largo de su vida útil
tiene como consecuencia directa una mejor protección del
medio am-biente por, entre otros, la efectiva reducción
de las emisiones de dióxido de carbono.
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