Utilización
de las eslingas
Son
numerosas las normas que se deberán seguir en la utilización
de las eslingas. Señalaremos las siguientes:
La seguridad en
la utilización de una eslinga comienza con la elección
de ésta, que deberá ser adecuada a la carga y a
los esfuerzos que ha de soportar.
En ningún
caso deberá superarse la carga de trabajo de la eslinga,
debiéndose conocer, por tanto, el peso de las cargas a
elevar. Para cuando se desconozca, el peso de una carga se podrá
calcular multiplicando su volumen por la densidad del material
de que está compuesta. A efectos prácticos conviene
recordar las siguientes densidades relativas:
Madera: 0,8.
Piedra y hormigón:
2,5.
Acero, hierro, fundición:
8.
En caso de duda,
el peso de la carga se deberá estimar por exceso.
En caso de elevación
de cargas con eslingas en las que trabajen los ramales inclinados,
se deberá verificar la carga efectiva que van a soportar.
Al considerar el
ángulo de los ramales para determinar la carga máxima
admitida por las eslingas, debe tomarse el ángulo mayor.
Es recomendable
que el ángulo entre ramales no sobrepase los 90º y
en ningún caso deberá sobrepasar los 120º,
debiéndose evitar para ello las eslingas cortas.
Cuando se utilice
una eslinga de tres o cuatro ramales, el ángulo mayor que
es preciso tener en cuenta es el formado por los ramales opuestos
en diagonal.
La carga de maniobra
de una eslinga de cuatro ramales debe ser calculada partiendo
del supuesto de que el peso total de la carga es sustentado por:
Tres ramales, si
la carga es flexible.
Dos ramales, si
la carga es rígida.
En la carga a elevar,
los enganches o puntos de fijación de la eslinga no permitirán
el deslizamiento de ésta, debiéndose emplear, de
ser necesario, distanciadores, etc. Al mismo tiempo los citados
puntos deberán encontrarse convenientemente dispuestos
en relación al centro de gravedad.
En la elevación
de piezas de gran longitud es conveniente el empleo de pórticos.

Pórtico para elevación de cargas
Los cables de las
eslingas no deberán trabajar formando ángulos agudos,
debiéndose equipar con guardacabos adecuados.
Las eslingas no
se apoyarán nunca sobre aristas vivas, para lo cual deberán
intercalarse cantoneras o escuadras de protección.
Los ramales de dos
eslingas distintas no deberán cruzarse, es decir, no montarán
unos sobre otros, sobre el gancho de elevación, ya que
uno de los cables estaría comprimido por el otro pudiendo,
incluso, llegar a romperse.

Necesidad
de evitar ramales cruzados
Antes de la elevación
completa de la carga, se deberá tensar suavemente la eslinga
y elevar aquélla no más de 10 cm. para verificar
su amarre y equilibrio. Mientras se tensan las eslingas no se
deberán tocar la carga ni las propias eslingas.
Cuando haya de moverse
una eslinga, aflojarla lo suficiente para desplazarla sin que
roce contra la carga.
Nunca se tratará
de desplazar una eslinga situándose bajo la carga.
Nunca deberá
permitirse que el cable gire respecto a su eje.
En caso de empalmarse
eslingas, deberá tenerse en cuenta que la carga a elevar
viene limitada por la menos resistente.
La eslinga no deberá
estar expuesta a radiaciones térmicas importantes ni alcanzar
una temperatura superior a los 60 ºC. Si la eslinga esta
constituida exclusivamente por cable de acero, la temperatura
que no debería alcanzarse sería de 80º.
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