El
girasol es una planta alógama debido a la discordancia
morfofisiológica de maduración de estambres y pistilos
(PROTANDRIA) y al sistema genético de autoincompatibilidad.
Como se explica precedentemente, sólo los granos de polen
"compatibles" pueden crecer a través del tejido
estigmático (AUTOCOMPATIBILIDAD). Ultimamente se ha dado
una gran importancia a la autocompatibilidad pese a que ésta
sólo explica el 41 % de la autogamia y no significa de
antemano mejores rendimientos en condiciones de adecuada polinización.
La autogamia se explica como la aptitud de la planta para producir
semilla a partir de su propio polen. De hecho existe una marcada
diferencia entre autocompatibilidad genética y autogamia
ya que el grano de polen debe sortear barreras morfológicas
y ambientales para germinar y alcanzar el óvulo, expresando
allí su compatibilidad genética.
Pese a los altos valores de autogamia enunciados en cultivares
comerciales existen circunstancias, en las que se producen considerables
porcentajes de vaneo y se ha visto que existe una interacción
significativa de la autogamia con el ambiente. Así, por
ejemplo, condiciones de alta temperatura durante la floración
provocan un porcentaje de semilla vana, aún tratándose
de genotipos de gran autocompatibilidad. Si bien la interacción
autogamia-ambiente está escasamente explicada, existe información
que permite esperar un efecto ambiental sobre la aptitud germinativa
del polen.
Si bien, como vimos anteriormente los niveles de autogamia de
determinado material genético estarán fuertemente
influenciados por el ambiente, es reconocido que en general los
híbridos modernos tienen niveles de autocompatibilidad
medios o altos por cuanto si el ambiente les es propicio pueden
producir aceptablemente por autofecundación.
El girasol es una especie de polinización eminentemente
entomófila, por lo que requiere de un vector que transporte
al polen para lograr altos rendimientos.
Experiencia realizadas en polinización han detectado un
aumento en la cantidad de semillas producidas por hectárea
utilizando abejas melíferas. Según determinados
autores utilizando 2 colmenas por hectárea se obtienen
buenos rindes de semilla.
Así, es importante recordar que el rol de los insectos
en la producción de girasol no solo juega a favor de la
cantidad de semilla producida sino también del contenido
de aceite y fundamentalmente de la ESTABILIDAD DE RENDIMIENTO
evitando el efecto de factores ambientales adversos sobre la autogamia.
Para que se produzca autofecundación en girasol, los
híbridos deben tener altos niveles de autocompatibilidad
genética y altos niveles de autogamia. Para que ésta
se exprese, las condiciones ambientales deben ser propicias.
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