Disposición de protecciones superficiales
en casos de ambientes muy agresivos
Tales como revestimientos superficiales específicos
(resinas, barnices, etc.) y también a veces inhbidores
de la corrosión y protectores de las armaduras (p.e. galvanizado).
En estos acsos es esencial asegurar el correcto mantenimiento
de las protecciones.
Adecuada dosificación
No deben olvidarse tampoco las especificaciones
respecto de:
- La máxima relación A/C permitida
(ver tabla 37.3.2.a,b)
- Mínimo contenido de cemento (ver tabla 37.3.2.a,b)
- Mínimo contenido de aire ocluido cuando el hormigón
esté sometido a clase de exposición F, es decir,
contra heladas
- Resistencia frente al ataque de sulfatos (incluyendo cementos
resistentes a sulfatos)
- Resistencia frente al agua de mar (incluyendo cementos resistentes
al agua de mar)
- Resistencia frente a a erosión (utilizando hormigones
resistentes, áridos duros y un curado prolongado). Cuando
un hormigón vaya a estar sometido a una clase de exposición
E, deberá procurarse la consecución de un hormigón
resistente a la erosión. Para ello, se adoptarán
las siguientes medidas:
-Contenido mínimo de cemento y relación máxima
agua/cemento, según la tabla
-Resistencia mínima del hormigón de 30 N/mm².
-El árido fino deberá ser cuarzo u otro material
de, al menos, la misma dureza.
-El árido grueso deberá tener un coeficiente de
Los Ángeles inferior a 30.
-No superar los contenidos de cemento que se indican a continuación
para cada tamaño máximo del árido D:
D Contenido máximo de cemento
10 mm 400 kg/m³
20 mm 375 kg/m³
40 mm 350 kg/m³
-Curado prolongado, con duración, al menos,
un 50% superior a la que se aplicará a un hormigón
no sometido a erosión.
- Resistencia frente a la reactividad álcali-árido
utilizando áridos, cementos y aditivos adecuados a cada
situación (para áridos reactivos, por ejemplo).
Las reacciones álcali-árido se pueden producir cuando
concurren simultáneamente la existencia de un ambiente
húmedo, la presencia de un alto contenido de alcalinos
en el hormigón y la utilización de áridos
con componentes reactivos.Se consideran ambientes húmedos
aquellos cuya clase general de exposición es diferente
a I ó IIb.
Control de la corrosión de las
armaduras
Esencial garantizar los recubrimientos mínimos
establecidos previamente, teniendo en cuenta las condiciones ambientales
específicas para corrosión.
Evitar que las armaduras estén en contacto
con otros metales con los que pueda establecerse pares galvánicos.
Evitar también materiales que contengan iones despasivantes
como cloruros, sulfuros y sulfatos en proporciones superiores
a las establecidas. Las armaduras activas son especialmente sensibles
a esta situación ya que pueden aparecer grietas microscópicas
que den lugar a rotura frágil (corrosión bajo tensión
o fragilización por hidrógeno). Deben pues evitarse
además de los elementos anteriores:
Aditivos que provoquen
desprendimiento de hidrógeno.
Aceros no fosfatados en recubrimientos de vainas
Cuidado con las condiciones de fatiga cuando hay cargas alternadas.
Controlar especialmente los fenómenos de corrosión
bajo tensión con los ensayos pertinentes.
Importante también evitar entalladuras y calentamientos
locales que las fragilicen.
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