En piezas hormigonadas contra el terreno, el recubrimiento mínimo
será de 70 mm, salvo que se prepare el terreno y se disponga
de hormigón de limpieza en cuyo caso se utilizarán
los límites anteriores salvo el correspondiente al mallazo.
Para armaduras
postesas los recubrimientos mínimos serán: en ambas
direcciones vertical y horizontal, de 4 cm o la dimensión
horizontal de la vaina o grupo de vainas en contacto o (sólo
en el caso horizontal) la mitad de la dimensión vertical
de la vaina o grupo de vainas en contacto.
Los recubrimientos
se garantizan mediante la colocación de los separadores
pertinentes. Deben ser impermeables, resistentes a los álcalis
del hormigón y demás agresiones químicas,
rígidos y no inducir corrosión en las armaduras.
Se utilizan de
hormigón (de una calidad comparable al sustrato) o más
habitualmente de plástico rígido (en este caso,
para asegurar un buen enlace del hormigón con la pieza
deben estar agujereados en al menos un 25% de su sección),
prohibiéndose los de ladrillo, mortero o desechos de obra
y por supuesto los materiales metálicos.

(*) El proyectista
fijará el recubrimiento al objeto de que se garantice adecuadamente
la protección de las armaduras frente a la acción
agresiva ambiental.
(**) En el caso de clases de exposición H, F ó E,
el espesor del recubrimiento no se verá afectado.
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