La
inflacción y las cotizaciones también evolucionan
de manera inversa:
Si la inflacción sube las cotizaciones tienden
a bajar
Si la inflacción baja las cotizaciones tienden
a subir
Hay diversas razones que explican esta relación contraria:
Si sube la inflación las autoridades monetarias elevarán
los tipos de interés para tratar de controlar esta subida
de precios, y ya hemos visto en la lección anterior como
el aumento de los tipos de interés afecta negativamente
a las cotizaciones.
El aumento de la inflación repercute en un incremento
de los costes de las empresas con el consiguiente impacto negativo
en sus beneficios. Esto se traduce en una caída en las
cotizaciones.
Al aumentar la inflación la capacidad adquisitiva de
las familias se resiente, por lo que disminuye su ahorro y, por
tanto, la posibilidad de destinar fondos excedentarios a invertir
en bolsa.
Al elevarse la inflación disminuye la rentabilidad real
de las acciones, reduciéndose su atractivo para el inversor.
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