Dado
que el diseño, estado y funcionamiento del sistema VCAA
es con frecuencia el responsable de una deficiente CAI(Calidad
del aire interior), conviene definir en este primer estadio de
la investigación los puntos esenciales en que se fundamenta
la renovación del aire en el edificio.
Hay
que conocer el tipo de ventilación y recoger información
concreta sobre el sistema (planos, informes de revisiones efectuadas,
modificaciones, funcionamiento, mantenimiento, etc.) y completarla
con datos sobre cambios en la ocupación de las distintas
zonas y sobre variaciones en la compartimentación de los
locales.
El objetivo de esta
revisión es averiguar si el funcionamiento del sistema
de VCAA de que dispone el edificio puede afectar negativamente
la calidad del aire. Para ello, se revisará el sistema,
considerando si el acceso a los diferentes componentes facilita
su reparación, mantenimiento y limpieza general. Se prestará
especial atención a:
Las unidades
de calefacción y de refrigeración.
Las tomas
de aire exterior.
Los puntos
de expulsión del aire de retorno.
Las torres
de refrigeración.
Conviene considerar
la posible contribución del sistema a la entrada de contaminantes
exteriores en el edificio. También debe tenerse en cuenta
la posibilidad de su generación por el propio sistema,
contribuyendo con olores no deseados, emitiendo productos procedentes
de los materiales utilizados en la instalación o en sus
tratamientos u operaciones de mantenimiento, tales como materiales
fibrosos utilizados como recubrimiento interior, productos de
limpieza o desinfección. También debe recordarse
que el sistema puede actuar como reservorio y facilitar el crecimiento
microbiano.
Entre las situaciones
incorrectas que con más frecuencia suelen detectarse y
que conviene investigar directamente destacan:
Localizaciones de
las tomas de aire exterior que posibilitan la entrada de contaminantes
procedentes de fuentes exteriores y/o la reentrada de aire expulsado.
Las tomas de aire
no están bien protegidas de la lluvia y permiten la entrada
de agua en el sistema y/o no disponen de rejillas protectoras
para pájaros, facilitándose en ambos casos un posible
crecimiento microbiológico.
No existen filtros,
no son los adecuados o suficientes o no hay un mantenimiento de
los mismos, lo que afecta al flujo de aire y a la presencia de
partículas en el mismo.
Los usuarios del
edificio interfieren en el funcionamiento del sistema de VCAA.
Son ejemplos de ello: difusores y rejillas de retorno cerradas
o modificadas para eliminar corrientes de aire, ubicación
inadecuada de muebles o elementos decorativos que impiden el paso
del aire, cambios no previstos en la compartimentación,
eliminación o cortocircuitado de conductos o difusores
o apertura sistemática de ventanas y puertas al exterior.
Hay obras de reparación
y de mantenimiento inacabadas que afectan el funcionamiento del
sistema de VCAA.
Hay zonas en las
que se acumula la suciedad y/o agua estancada, favoreciéndose
un aumento en la concentración de contaminantes microbiológicos
en aire.
Los termostatos
cubren zonas con necesidades de ventilación o climatización
muy diferentes o están mal ubicados, lo cual puede implicar
la existencia de notables diferencias de temperatura.
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