|
La
mayor parte de los yacimientos minerales superficiales están
descubiertos y en explotación. En el futuro, las necesidades
de recursos deberán satisfacerse mediante la localización
de yacimientos subterráneos o profundos, los cuales pueden
encontrarse a profundidades alrededor de 10 km de la superficie
terrestre y en el fondo del mar. Sólo una investigación
eficaz llevada a cabo con las técnicas adecuadas permitirá
localizar tales yacimientos.
La prospección minera, en su forma más simple,
exige un estudio ajustado y detallado de las características
naturales de la superficie y de sus diferencias. El encontrar
afloramientos de minerales encajados en rocas, detectar cantos
rodados y gravas en depósitos aluviales o buscar oro en
las corrientes de los ríos, son ejemplos de estas formas
de explorar en las que el éxito dependía antiguamente
del azar. Sin embargo. estas técnicas un tanto oculares
y, con frecuencia, puramente locales, rara vez permitían
descubrir yacimientos profundos totalmente recubiertos. Para localizar
éstos es necesario, generalmente, aplicar primero métodos
geofísicos y efectuar, después, sondeos de exploración
e investigación.
Hoy en día, la intensa actividad de búsqueda de
yacimientos minerales con la creciente utilización de los
métodos geofísicos está reduciendo los costes
y el tiempo necesario que suponen los programas de investigación.
Los estudios geofísicos son, pues, un requisito previo
en la mayoría de las campañas de exploración
e investigación.
En líneas generales, los sondeos mineros pueden clasificarse
en dos grandes grupos:
- Sin obtención de testigo.
- Con obtención de testigo.
En el primer caso se emplean los métodos
de rotación con tricono, de martillo en fondo o en cabeza.
La muestra está formada por el detritus obtenido en la
perforación, resultando conveniente hacer la testificación
geofísica del sondeo. Tienen la ventaja de su rapidez y
economía, pues realizar una campaña de exploración
con testigo continuo es muy lento y costoso.
Cuando se perfora con coronas de diamantes, la obtención
del testigo puede llevarse a cabo por el procedimiento convencional
de varillaje y tubo doble .
La exploración por sondeos tiene por objeto fundamental
determinar la presencia o ausencia de zonas mineralizadas y obtener
una idea preliminar de qué ley y tamaño tienen dichas
zonas.
La perforación con obtención de testigo continuo
sigue siendo la herramienta más versátil y utilizada,
dado que es capaz de perforar en cualquier ángulo y obtener
testigo continuo de varios diámetros en un rango de profundidades
que puede llegar a superar los 1.500 m. No obstante, los costes
de perforación con este método aumentan de tal forma
que es necesario realizar un análisis muy cuidadoso para
estar seguros de que la información básica para
un determinado proyecto no se pueda obtener utilizando métodos
de rotación o de roto percusión, bastante más
baratos.
|