Supervivencia:
Comportamiento
de náufragos en el agua
Debe
intentar nadar para separarse del barco y evitar ser succionado
por la corriente de aspiración de la hélice. No
gastar energías y actuar con serenidad. Todo el mundo ha
de saber nadar. De todas formas hay que tener en cuenta que el
cuerpo humano flota por sí solo y que la mayoría
de la gente se ahoga no por que pese más que el agua sino
porque se asusta y traga agua.
Una
persona con chaleco se enfría un 35% más rápido
si está nadando que si permanece quieta.
La primera reacción de un hombre en el agua es el shock
debido al frío, el miedo y la desesperación. Deberá
chillar para que le oigan los del barco.

Si
el náufrago lleva salvavidas deberá tomar la posición
fetal o HELP, llevando las rodillas hacia la barbilla y cruzando
las manos por delante del pecho. De esta manera conservará
mejor el calor del cuerpo y obtendrá una posición
de equilibrio para flotar sin esfuerzo.
Si
el náufrago no lleva salvavidas, tendrá que coger
un salvavidas que le hayan echado o para llegar a tierra cuando
la distancia es corta. De lo contrario es conveniente permanecer
quieto para no gastar las calorías del cuerpo.
Cuando
la temperatura del cuerpo alcanza los 35ºC se produce la
hipotermia, que es la incapacidad del cuerpo para producir el
calor que se ha perdido.
Agua
y alimentos:
El agua es el elemento
principal para la supervivencia en los botes y balsas salvavidas.
Las balsas llevan latas precintadas con agua potable, pero esta
debe ser racionada para mantenerse con vida el máximo tiempo
posible.
Deben cumplirse
dos reglas:
a) No se debe consumir nada de agua en las
primeras 24 horas. El organismo tiene suficientes reservas por
los líquidos ingeridos antes del abandono del buque.
b) La ración diaria de agua por persona es de medio litro.
Esta dosis debe tomarse repartida en tres tomas: A la salida del
sol, al mediodía y a la puesta del sol.
Estas reglas no
deben cumplirse con los heridos y enfermos pues si hay personas
con quemaduras necesitan mayor cantidad de agua.
Al beber agua se
mantendrá todo el tiempo posible en la boca y después
se tragará, tanto la comida como la bebida se repartirá
en horas determinadas y equitativamente.
No se beberá nunca agua del mar. Se podrá recoger
la lluvia por medio de pitorros que comunican el toldo exterior,
pudiéndola almacenar en el porta aguas.
Los alimentos no son tan esenciales como el agua para un corto
período de tiempo.
Los más fáciles de llevar y que ocupan poco espacio
a la vez que aportan calorías son: azúcar, chocolate,
pastillas de glucosa, tabletas de leche y galletas. Para largos
períodos de tiempo se distribuirán alimentos de
forma racionada desde el principio, se deberá pescar para
secarlo, o bien, masticarlo crudo para chupar el jugo.
Se puede beber el agua que tiene dentro de la barriga o los jugos
que salen al hacer cortes transversales sobre el lomo chupando
con fuerza. Las raciones de emergencia que contienen la balsa
no deberán consumirse hasta no haber agotado las posibilidades
de conseguir alimentos naturales.
Se puede ingerir el plancton depositado en el ancla flotante constituyendo
un alimento muy sano. Es un producto gelatinoso y tiene un sabor
parecido al de las gambas. Si el gusto es amargo o picante no
está en condiciones. Tomando diariamente una cucharada
de plancton, se podrá dosificar las tabletas de vitamina
C, equivalente a una tableta cada cinco días.
Métodos
de llamar la atención para el rescate:
Si se ha lanzado
un mensaje de socorro, conviene no separarse de la posición,
puesto que será el punto de búsqueda, salvo que
divisemos la costa y podamos llegar sin dificultades.
Si tenemos radio portátil en la balsa, recordar que por
la noche las ondas de radio tienen más alcance.
Un bote salvavidas se distingue desde el aire un día claro
a ocho Km. y una balsa a cinco Km.
Utilizar los botes de humo y el heliógrafo, que consiste
en un espejo con un orificio por el que se mira para el sol apuntando
al barco pasando la visual por el aro con un cordel extendido
en dirección del receptor. |