Agentes
extintores
Existen muchas variables que
pueden influir sobre la elección de un agente extintor
y su forma de aplicación. Pueden mencionarse entre otros:
El tipo de fuego: A, B, C, ó D.
Si se pretende la extinción o solo
la protección de riesgos vecinos.
La velocidad con que actuará (accionamiento
manual o automático).
El tamaño y tipo de riesgo.
El valor del riesgo a proteger.
La ubicación del riesgo.
El posible daño a causar por el agente
extintor en las instalaciones.
El costo del equipo que posibilitará
la extinción.
Etc.
De hecho el principio fundamental que guía
al diseñador de una protección contra incendios
es que, salvo incompatibilidades, la mayoría de los riesgos
pueden extinguirse con la mayoría de agentes extintores,
si se escoge la forma de aplicación adecuada, como queda
reflejado en la tabla 1, incluida en la NBE-CPI-82 (1).
Adecuación
de los extintores

Las incompatibilidades, (o baja acción
extintora), quedan reflejadas en la citada tabla por los espacios
en blanco; además de estas se deben indicar las siguientes:
1.- El agua a chorro sobre fuegos tipo A,
pueden dispersar el incendio, si los sólidos están
disgregados.
2.- La efectividad del agua pulverizada sobre
fuegos tipo B es nula para productos con temperatura de inflamación
inferior a 38ºC y crece a medida que lo hace dicha temperatura
de inflamación.
3.- El anhídrido carbónico
es de muy baja efectividad en extinción de fuegos con extintores.
4.- El polvo puede dañar instalaciones
delicadas.
5.- La utilización de halón,
en forma de inundación total, es muy eficaz si se actúa
en los primeros momentos del incendio, pero puede ser peligrosa
sobre fuegos extendidos puesto que, si la temperatura del local
es alta, la descomposición térmica del halón
produce productos muy tóxicos.
6.- La utilización de agua sobre instalaciones
en tensión en aplicación manual, puede entrañar
riesgo de electrocución para el operador. Debe indicarse
al respecto que dicho riesgo es en cierta parte una leyenda negra,
puesto que, experimentalmente se ha demostrado que existe siempre
una distancia de seguridad, desde la que se puede lanzar agua
sobre instalaciones en tensión. El riesgo disminuye cuanto
mayor es el grado de pulverización del agua y existen lanzas
especiales que permiten extinguir con seguridad fuegos en tensión
de hasta 300 Kilovoltios desde distancias de alrededor de 10 metros.
A pesar de lo anteriormente expuesto se recomienda
que solo personal entrenado y especializado extinga fuegos en
tensión con agua. Al respecto se recomienda la lectura
del capítulo 1 de la Sección 13 del manual de protección
contra incendios. (2).
Eficacia
extintora del agente en extintores portátiles
La utilización
de extintores portátiles tiene unas especiales características
que cabe señalar:
Son utilizados normalmente por personal poco
entrenado que tiene que acercarse al fuego.
El agente extintor se consume rápidamente
(unos 20 segundos)
Si el conato no se extingue las dificultades
de extinción y pérdidas que puede ocasionar el fuego
crecen con rapidez.
Son por tanto de gran importancia el factor
distancia y la eficacia (poder extintor)
Los extintores que
se instalan en la actualidad deben poseer una indicación
de su eficacia extintora según se expresa en la NBE-CPI-82
(Ver NTP-28-1982.). Para los extintores antiguos puede utilizarse
la eficacia orientativa recomendada por la regla técnica
de Cepreven (3) incluida en la citada NTP.

Del análisis comparativo de la eficacia,
distancia de actuación y capacidad en sustancia extintora
debe hacerse las siguientes reflexiones progresivas:
1.- El accionamiento de un extintor de agua
pulverizada, halón ó CO2 debe hacerse a poca distancia
del fuego para que sea efectiva su acción.
2.- A esas distancias el calor radiante es
muy penoso.
3.- La eficacia extintora de las llamas es
más del doble utilizando polvo o halón que CO2 o
agua pulverizada.
4.- Un mismo peso de extintor (recipiente
y agentes extintor) contiene menos de la mitad de agente extintor
si éste es el CO2 (el recipiente es de acero y de gran
consistencia para soportar la presión necesaria).
Como reflexión
orientativa se sugiere pensar que salvo incompatibilidades en
la extinción de un fuego si se utiliza polvo o halón
la efectividad extintora puede ser más de cuatro veces
superior a la del CO2 para un mismo peso de extintor portátil
a transportar (más de dos veces por cantidad de agente
extintor y más de dos por eficacia), con la ventaja para
el polvo que puede accionarse a mayor distancia y por tanto con
mejor óptica y menor riesgo para el operador.
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